viernes, 15 de abril de 2011

El anillo de los Nibelungos (El mito en la tetralogía de Wagner)

     

La tetralogía consta de cuatro partes, El oro der Rhin, La walquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses.
En El oro del Rhin, el nibelungo Alberich trata de seducir a las doncellas del río, quienes se burlan de él y lo rechazan. Según la leyenda, sólo quien renuncie al amor podrá apoderarse del oro del Rhin, y usarlo para forjar un anillo con el cual podrá dominar el mundo. Y Alberich, despechado, así lo hace.
 Pero Wotan roba el anillo al enano, y éste lanza una maldición sobre la joya, para que quien no la tenga no haga más que desearla, y quien la tenga sufra sólo desgracias.
En La Walkiria se narra la historia de Sigmundo y Siglinda, hijos de Wotan y hermanos que ignoran el uno la existencia del otro, de cómo se conocen, se enamoran  y escapan juntos con la espada mágica de Nothung.  El dios Wotan ordena a Brunilda, la walquiria, hija favorita del propio Wotan y de Erda, la Tierra, matar a la pareja, pese a que son también sus hijos, a instancia de su celosa esposa Fricka, quien exige su muerte por ser culpables de adulterio e incesto. Pero la walkiria, que admira en valor de Sigmundo, y siente compasión por la pareja, decide protegerlos, desobedeciendo así al dios. Sigmundo finalmente es asesinado por un guerrero, con ayuda de Wotan. Siglinda, embarazada de Sigfrido, logra escapar y Brunilda, en  castigo por su desobediencia,  es condenada por su padre a convertirse en mortal y permanecer dormida sobre una roca, para ser entregada al primer hombre que la encuentre. Finalmente, y tras rogar a Wotan que se compadezca de ella (ya que él tampoco deseaba en realidad la muerte de Sigmundo y Siglinda), el dios accede a rodearla en su sueño por un fuego que sólo podrá atravesar el más fuerte de los héroes.
En la tercera parte de la tetralogía, Sigfrido, hijo de Sigmundo y Siglinda,  mata al dragón Fafner, guardián del anillo de los nibelungos, y se apodera de la joya. Al sumergirse en la sangre del dragón, se hace invulnerable en todo el cuerpo, excepto en un lugar de la espalda, cercano al corazón, donde se la había pegado una hoja de tilo. La sangre del dragón le permite, igualmente, comprender el canto de un pájaro del bosque, por el cual se entera de la existencia de Brunilda. Sigfrido busca a la doncella, atraviesa el círculo de fuego, y si bien al principio cree que está ante un hombre, al despojar a la walquiria de su armadura, conoce el miedo por primera vez, besa a la joven y la despierta de su sueño. Sigfrido y Brunilda entablan una batalla en la que la walquiria resulta vencida, y en el curso de la cual ambos se enamoran. Y juntos, proclaman que serán portadores del amor y se reirán de la muerte. 
En la cuarta parte, El ocaso de los dioses, Sigfrido parte en busca de aventuras, dejando como prenda de amor a Brunhilda el anillo de los nibelungos. En su vagar, arriba a la corte del rey Gunther, donde la hermana de éste, Gutrune, se enamora de él, y para obtener su amor, da a beber al héroe una poción proporcionada por Hagen, hijo del Alberich el nibelungo, quien desea vengar a su padre. Sigfrido bebe y al hacerlo, se olvida de la existencia de Brunhilda y de su amor por ella, y se enamora de Gutrune, por lo que pide al rey la mano de su hermana, a lo que  Gunther accede a condición de que Sigfrido le ayude a su vez a conseguir a Brunhilda por esposa. Éste así lo hace, ayudando al rey, cubierto por una capa de invisibilidad, a vencer a la walquiria, tras lo cual la entrega a Gunther. Brunhilda se siente traicionada por su amor, y accade a casarse con Gunther, al tiempo que Sigfrido lo hace con Gutrune.
El malvado Hagen obtiene la amistad de Brunhilda, prometiendo ayudarla a vengarse, y ella le confía el punto débil de Sigfrido, en el que la sangre del dragón no lo cubrió.
Hagen invita a Sigfrido a una cacería en el transcurso de la cual le da a beber otra poción, con la cual el héroe recupera la memoria, y en el momento en que recuerda su amor por Brunhilda, le asesta un lanzazo en la espalda y lo mata.
Brunhilda prepara una pira para el cuerpo de su amado, y tras ofrecer a las ninfas del Rhin el anillo, se inmola junto a Sigfrido. El Rhin, con sus aguas, apaga la pira y las doncellas del río recuperan así el anillo de entre las cenizas.
Mientras tanto, y a la vez que los cuerpos de los amantes, arde el Valhala, y el viejo mundo llega a su fin.
Comienza un nuevo ciclo.



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