sábado, 11 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

Las caras de la verdad



"En mis tiempos me llamaron muchas cosas: hermana, amante, sacerdotisa, hechicera, reina. Ahora, ciertamente, me he tornado en hechicera y acaso llegue el momento en el que sea necesario que estas cosas se conozcan. Pero, bien mirado, creo que serán los cristianos quienes digan la última palabra. Perpetuamente se separa el mundo de las Hadas de aquel en el que Cristo gobierna.

Y ahora que el mundo ha cambiado y Arturo –mi hermano, mi amante, que fue rey y rey será– yace muerto (la gente dice que duerme) en la Sagrada Isla de Avalon, el relato ha de ser narrado como lo fue antes de que los sacerdotes del Cristo Blanco llegaran cubriéndolo todo con sus santos...

...Así que contaré esta historia. Algún día los sacerdotes también la contarán, como fue conocida por ellos. Tal vez entre las dos, podrán ser vislumbrados algunos destellos de verdad.

Porque esto es lo que los sacerdotes no saben, con su Dios único y su única verdad: Que no existe tal cosa como una sola historia verdadera. La verdad tiene muchas caras y es como el antiguo camino a Avalon; depende de tu propia voluntad y tus propios pensamientos, adónde el camino te llevará y si, al final, llegarás a la Sagrada Isla de la Eternidad, o entre los sacerdotes, con sus campanas, su muerte, su Satanás, su infierno y su condenación… Pero tal vez soy injusta, incluso con ellos...

...“Para todos los Dioses hay un Dios”, me dijo ella entonces, como había dicho muchas veces antes, como yo he dicho a mis propias novicias tantas otras y como cada sacerdotisa que me siga dirá, “y para todas las Diosas hay una Diosa. Sólo hay un Iniciador y a cada quien su propia verdad y su Dios interior”.

Y así, tal vez, la verdad sopla en algún lugar entre el camino de Glastonbury, la Isla de los Sacerdotes, y el camino hacia Avalon, perdida para siempre entre la niebla del Mar de Verano.

Pero ésta es mi verdad; yo, que soy Morgana, les cuento estas cosas, la Morgana que en aquellos últimos días era conocida como Morgana Le Fay."

(Marion Zimmer Bradley: Las nieblas de Avalon)

lunes, 6 de junio de 2011

Llanto


"Ahora está llorando y es como si cada lágrima ardiese en mi corazón... Toda la humanidad sufre, la misma Tierra gime bajo el tormento de sus hijos. Por tal sufrimiento, Madre... nos acercamos al tuyo... También ella está entregada a cuanto debe ser; su sufrimiento ni siquiera ha empezado..."
(Marion Zimmer Bradley: Experta en magia. Las nieblas de Avalon)

Cólera


"Y Morgana se vio como debían verla... pequeña, oscura, con el bárbaro signo azul en la frente, el blusón embarrado hasta las rodillas, los brazos indecentemente desnudos, los pies sucios y el pelo suelto. Pequeña y fea como los del pueblo de las hadas. Morgana de las Hadas. Así se burlaban de ella desde la niñez. Se despreció, aborreciendo su pequeño y oscuro cuerpo, los miembros medio desnudos, la embarrada piel de ciervo. Cogió la húmeda falda del matorral y se la puso, súbitamente consciente de su desnudez, colocándose la sucia piel de ciervo...
... y sintió un acceso de cólera tan fuerte que creyó que iba a desmayarse. Supo que aquella cólera le duraría hasta la muerte. Y en aquel momento terrible, la deseó. Todo color había desaparecido, perdiéndose en las nieblas..."
(Marion Zimmer Bradley: Experta en magia. Las Nieblas de Avalon)

De noche


Estoy hasta los... centros
de caminar de noche.
Y de no poder más.
Y de que duela.