lunes, 6 de junio de 2011

Cólera


"Y Morgana se vio como debían verla... pequeña, oscura, con el bárbaro signo azul en la frente, el blusón embarrado hasta las rodillas, los brazos indecentemente desnudos, los pies sucios y el pelo suelto. Pequeña y fea como los del pueblo de las hadas. Morgana de las Hadas. Así se burlaban de ella desde la niñez. Se despreció, aborreciendo su pequeño y oscuro cuerpo, los miembros medio desnudos, la embarrada piel de ciervo. Cogió la húmeda falda del matorral y se la puso, súbitamente consciente de su desnudez, colocándose la sucia piel de ciervo...
... y sintió un acceso de cólera tan fuerte que creyó que iba a desmayarse. Supo que aquella cólera le duraría hasta la muerte. Y en aquel momento terrible, la deseó. Todo color había desaparecido, perdiéndose en las nieblas..."
(Marion Zimmer Bradley: Experta en magia. Las Nieblas de Avalon)

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