miércoles, 27 de abril de 2011

El rostro que nos devolverá el espejo


Un proceso terapéutico tomado en serio duele como el demonio.
Confronta con la irrealidad, con aquéllo que no nos pertenece.
Nos pone frente al espejo de la verdad, aquél que nos muestra en nuestras defensas, nuestra deshonestidad, nuestras debilidades y cobardías, nuestras mentiras...
Es amorosamente terrible.
Nos obliga a conocer lo que pasa, y lo que pasará si nos seguimos aferrando a lo falso. O a lo que ahora es falso, aunque antes haya sido de utilidad.
Nos cambia.
Y nos deja ante la duda de qué será aquéllo que surja cuando nos despojemos de lo viejo.
Y ante el miedo de su posible insignificancia.
¿Cómo será el rostro que nos devolverá el espejo?

lunes, 25 de abril de 2011

Victoria pírrica


Aquélla en la que, finalmente, todos pierden, y nadie, incluido el aparente ganador, sale beneficiado.

"El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo "Otra victoria como ésta y volveré solo a casa" (en griego: Ἂν ἔτι μίαν μάχην νικήσωμεν, ἀπολώλαμεν.)." (Wikipedia)

Con la tierra a la cintura.

CASIDA DE LAS PALOMAS OSCURAS
(Paco Ibañez cantando a Lorca)



Por las ramas del laurel
van dos palomas oscuras.
La una era el sol,
la otra la luna.
"Vecinitas", les dije,
"¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra por la cintura
vi dos águilas de nieve
y una muchacha desnuda.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
"Aguilitas", les dije,
"¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Por las ramas del laurel
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna.
(F.G. Lorca)

Casida del adios









Campana dobla en la noche
sin luna del corazón.
Y vete al Arco de Elvira
donde se muere mi amor.
Y dile al sol de tu dios
que no quiero verlo más.
Que yo ya soy soledad
de camino y de canción.
Sombra, soy sombra,
y a sombra muero.
Vengo de sombra
y en sombra quedo.
Y dile que ya se fue
por la espina del rosal.
Que cuando brote la flor
de pena me ha de matar.
Sombra, soy sombra,
 y a sombra muero.
Vengo de sombra
y en sombra quedo.


(Carlos Cano)

domingo, 24 de abril de 2011

A los hombres de mi vida

TE DOY UNA CANCIÓN
(Silvio Rodríguez)


Y mi amor.


"Como gasto papeles recordándote
como me haces hablar en el silencio
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo
y como pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mi, detenida
Te doy una canción
si abro una puerta
y de las sombras sales tú,
te doy una canción de madrugada
cuando mas quiero tu luz,
te doy una canción
cuando apareces
el misterio del amor
y si no no apareces
no me importa
yo te doy una canción.
Si miro un poco afuera me detengo
la ciudad se derrumba
y yo cantando
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar
que me distraiga,
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen
ni te sienten.
Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho ha hablar,
te doy una canción
con mis dos manos
con las mismas de matar,
te doy una canción
y digo patria
y sigo hablando para ti,
te doy una canción
como un disparo
como un libro
una palabra
una guerrilla...
como doy el amor."
(Silvio Rodríguez)

Silvio Rodríguez: Ojalá



Porque sí.


"Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores."
(Silvio Rodríguez)

domingo, 17 de abril de 2011

Blues de la pasta segura

Soy una chica,
y no recuerdo
qué chica dijo
que una mujer no duerme
totalmente tranquila
hasta tener resuelto
el tema de la pasta.
El tema de la pasta, baby,
para que las muchachas
duerman tranquilas.
Pasta segura
para pagar la casa,
para que coman
sin problemas los hijios,
para ir de tiendas
de vez en cuando, baby,
o tener coche
y ver un poco el mundo.
Es la niña brillante
la que lo ha conseguido,
la que ha logrado
pasta segura
para todos los meses,
para toda la vida.
Es la pequeña
sobresaliente
la que siempre ha sabido
que la paste segura
hace que no dependas
de ningún hombre.
Que seas libre
para quedarte sola,
si así lo quieres,
o para ir con un hombre
sin dependencias.
Bendita sea, baby,
bendita sea la pasta,
pasta segura
para toda la vida.

(Lía Luna)

viernes, 15 de abril de 2011

Sombra: Afrodita







La sombra:
Afrodita,
hija de Urano
y de las aguas
del mar.
Señora del amor,
el placer
y la belleza.

Luz:Palas Atenea


La luz:
Palas Atenea,
 hija de Zeus,
la virgen,
 la guerrera,
la civilizadora.

El anillo de los Nibelungos (El mito en la tetralogía de Wagner)

     

La tetralogía consta de cuatro partes, El oro der Rhin, La walquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses.
En El oro del Rhin, el nibelungo Alberich trata de seducir a las doncellas del río, quienes se burlan de él y lo rechazan. Según la leyenda, sólo quien renuncie al amor podrá apoderarse del oro del Rhin, y usarlo para forjar un anillo con el cual podrá dominar el mundo. Y Alberich, despechado, así lo hace.
 Pero Wotan roba el anillo al enano, y éste lanza una maldición sobre la joya, para que quien no la tenga no haga más que desearla, y quien la tenga sufra sólo desgracias.
En La Walkiria se narra la historia de Sigmundo y Siglinda, hijos de Wotan y hermanos que ignoran el uno la existencia del otro, de cómo se conocen, se enamoran  y escapan juntos con la espada mágica de Nothung.  El dios Wotan ordena a Brunilda, la walquiria, hija favorita del propio Wotan y de Erda, la Tierra, matar a la pareja, pese a que son también sus hijos, a instancia de su celosa esposa Fricka, quien exige su muerte por ser culpables de adulterio e incesto. Pero la walkiria, que admira en valor de Sigmundo, y siente compasión por la pareja, decide protegerlos, desobedeciendo así al dios. Sigmundo finalmente es asesinado por un guerrero, con ayuda de Wotan. Siglinda, embarazada de Sigfrido, logra escapar y Brunilda, en  castigo por su desobediencia,  es condenada por su padre a convertirse en mortal y permanecer dormida sobre una roca, para ser entregada al primer hombre que la encuentre. Finalmente, y tras rogar a Wotan que se compadezca de ella (ya que él tampoco deseaba en realidad la muerte de Sigmundo y Siglinda), el dios accede a rodearla en su sueño por un fuego que sólo podrá atravesar el más fuerte de los héroes.
En la tercera parte de la tetralogía, Sigfrido, hijo de Sigmundo y Siglinda,  mata al dragón Fafner, guardián del anillo de los nibelungos, y se apodera de la joya. Al sumergirse en la sangre del dragón, se hace invulnerable en todo el cuerpo, excepto en un lugar de la espalda, cercano al corazón, donde se la había pegado una hoja de tilo. La sangre del dragón le permite, igualmente, comprender el canto de un pájaro del bosque, por el cual se entera de la existencia de Brunilda. Sigfrido busca a la doncella, atraviesa el círculo de fuego, y si bien al principio cree que está ante un hombre, al despojar a la walquiria de su armadura, conoce el miedo por primera vez, besa a la joven y la despierta de su sueño. Sigfrido y Brunilda entablan una batalla en la que la walquiria resulta vencida, y en el curso de la cual ambos se enamoran. Y juntos, proclaman que serán portadores del amor y se reirán de la muerte. 
En la cuarta parte, El ocaso de los dioses, Sigfrido parte en busca de aventuras, dejando como prenda de amor a Brunhilda el anillo de los nibelungos. En su vagar, arriba a la corte del rey Gunther, donde la hermana de éste, Gutrune, se enamora de él, y para obtener su amor, da a beber al héroe una poción proporcionada por Hagen, hijo del Alberich el nibelungo, quien desea vengar a su padre. Sigfrido bebe y al hacerlo, se olvida de la existencia de Brunhilda y de su amor por ella, y se enamora de Gutrune, por lo que pide al rey la mano de su hermana, a lo que  Gunther accede a condición de que Sigfrido le ayude a su vez a conseguir a Brunhilda por esposa. Éste así lo hace, ayudando al rey, cubierto por una capa de invisibilidad, a vencer a la walquiria, tras lo cual la entrega a Gunther. Brunhilda se siente traicionada por su amor, y accade a casarse con Gunther, al tiempo que Sigfrido lo hace con Gutrune.
El malvado Hagen obtiene la amistad de Brunhilda, prometiendo ayudarla a vengarse, y ella le confía el punto débil de Sigfrido, en el que la sangre del dragón no lo cubrió.
Hagen invita a Sigfrido a una cacería en el transcurso de la cual le da a beber otra poción, con la cual el héroe recupera la memoria, y en el momento en que recuerda su amor por Brunhilda, le asesta un lanzazo en la espalda y lo mata.
Brunhilda prepara una pira para el cuerpo de su amado, y tras ofrecer a las ninfas del Rhin el anillo, se inmola junto a Sigfrido. El Rhin, con sus aguas, apaga la pira y las doncellas del río recuperan así el anillo de entre las cenizas.
Mientras tanto, y a la vez que los cuerpos de los amantes, arde el Valhala, y el viejo mundo llega a su fin.
Comienza un nuevo ciclo.



Brunhilda y Sigfrido


Amor, traición y muerte.

Fuego


Wotan durmió a Brunhilda,
rodeándola de fuego.

La walquiria

valkiria-foto-mujer.jpg

Brunhilda, hija de Wotan

lunes, 11 de abril de 2011

Lava


Lágrimas de fuego.
Sangre
de la tierra.

Con diez años de menos




CON DIEZ AÑOS DE MENOS
(Silvio Rodríguez)

Si fuera diez años más joven, qué feliz
y qué descamisado el tono de decir:
cada palabra desatando un temporal
y enloqueciendo la etiqueta ocasional.
Los años son, pues, mi mordaza, oh mujer.
Sé demasiado, me convierto en mi saber.
Quisiera haberte conocido años atrás
para sacar chispas del agua que me das;
para empuñar la alevosía y el candor
y saber olvidar mejor.
Esta mujer propone que salte y me estrelle
contra un muro de piedras que alza en el cielo
y como combustible me llena de anhelos,
de besos sin promesa y sentencias sin leyes.
Esta mujer propone un pacto que selle
la tierra con el viento, la luz con la sombra.
Invoca los misterios del tiempo y me nombra.
Esta mujer propone que salte y me estrelle.
Sólo para verle,
sólo para amarle,
sólo para serle,
sólo y no olvidarle.
Con diez años de menos, no habría esperado
por sus proposiciones y hubiera corrido
como una fiera al lecho en que nos conocimos,
impúdico y sangriento, divino y alado.
Con diez años de menos, habría blasfemado;
con savia de su cuerpo quemaría los templos
para que los cobardes tomaran ejemplo.
Con diez años de menos hubiera matado.
Sólo para verle,
sólo para amarle,
sólo para serle,
sólo y no olvidarle.

viernes, 8 de abril de 2011

El Águila


Implacable.

Ágata de fuego


Fuego
en el corazón
del hielo.

Flor de fuego



El fuego
en el corazón
de las cosas.

Piedra de fuego V


Lapis.

Piedra de fuego IV


El fuego
de la tierra.

Piedra de fuego III


Un fuego
contenido.

Piedra de fuego II



Piedra sol.

Piedra de fuego I


El corazón
ardiente
de la piedra.